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La vida era perfecta hasta que me bajé
de la furgoneta.
Ahora lo sé, no importa
lo que pase,
¡no te bajes de la furgoneta!
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Chris Gaffney --- Septiembre de 1999.
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Queridos amigos, seguidores y demás:
Estas sabias palabras son de Chris,
mi amigo del alma. Estamos en el amanecer del próximo siglo/milenio,
o eso dicen. Estoy aquí sentado a la una de la mañana, escuchando
viejos discos de blues de Leroy Carr, fumando demasiados mentolados, intentando
descubrir cómo funciona este ordenador que me acabo de comprar y
deseando estar otra vez en la furgoneta con los Guilty Men en algún
lugar de la interestatal con rumbo a otro concierto. Durante los dos últimos
años no he dejado de hacer giras, con un par de paradas para producir
el CD de The Derailers y el de Katy Moffat, y ahora estoy otra vez en casa
y he empezado a escribir las canciones para mi próximo CD y por
fin terminaré mi segundo libro de poemas (eso espero).
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Tomarse un descanso en casa está
bien y todo eso (la verdad es que lo necesitaba mucho) pero aún
así preferiría estar tocando en algún bar atestado
de humo. Ha habido un montón de buenos conciertos en los dos últimos
años: en el Bowery Ballroom de Nueva York, en el Slim´s de
San Francisco, en el Antone´s y en el The Continental Club de Austin,
en el Skipper´s de Tampa, en el Fitzgerald de Chicago, en el Strawberrry
Festival de Yosemite (sesiones eléctrica y acústica), en
el Roxy de L.A., en el The Off Broadway de St. Louis, en el The Satellite
de Houston, en el The Tin Angel de Filadelfia, en el Cibolo Creek de San
Antonio, en el The Rialto en Tucson, en el City Stages de Birmingham...Demasiados
para mencionarlos todos. De hecho, prácticamente cualquiera de esos
bolos tiene algo para mí, porque me subo a tocar con los Guilty
Men (sé que probablemente estaréis pensando que esto suena
ñoño, pero no puedo evitarlo). Algunas noches, simplemente
no podía creerme lo afortunado que soy de tener una banda tan increible.
Cualquier cosa que les pida la hacen: blues, folk, country, R&B, R&R...
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Tengo la enorme suerte de haber tocado
en dos de las mejores bandas que jamás enchufaron una guitarra:
los Blasters y X, y os puedo decir sin ninguna duda que Bobby, Lloyd, Gregory,
Rick y Joe son igual de buenos. Cuando en muchos de estos conciertos artistas
increibles como Buddy y Julie Miller, Robbie Fulks, Chris Gaffney y Duane
Jarvis actuaban como teloneros, los Guilty Men actuaban como banda de apoyo
sin haber o habiendo ensayado muy poco y sonaban de muerte. Estoy orgulloso
de ellos y los echo de menos. Espero veros en la furgoneta.
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Han pasado muchas cosas, e intensas, en
los últimos dos años. No quiero dejarme en el tintero la
gira que hicimos los Guilty Men y yo como teloneros de Bob Dylan o cuando
actué en solitario y al estilo acústico como telonero de
la gira de Richard Thompson, dos de los compositores a los que idolatro
(por cierto, si la alguna vez has pensado que eres un guitarrista excepcional,
¡Richard Thompson te quitaría esa idea de la cabeza en un
momento! Y lo mismo digo de Buddy Miller. Si me quedaba algo de mi ego
como guitarrista, ahora ya no lo recuperaré nunca; en fin...). También
estuvo bien reencontrarme con mis viejos amigos The Knitters, para una
gira por la costa oeste y algunas actuaciones benéficas. A veces,
con las giras continuas, preparando los discos, y pagando las facturas
no queda tiempo para mantener contacto con gente a la que aprecias, así
que fue fantástico poder ir a dar una vuelta juntos y montar una
buena juerga. Incluso hubo una noche en la que los Guilty Men y yo tocamos
en el The Blue Cafe de Long Beach, California. Y todos los miembros originales
de los Blasters (Gene Taylor, John Bazz, mi hermano Phil; todos menos el
chico de Alaska) se subieron al escenario para el bis. Bobby Floyd ocupó
el puesto de Bill e hicimos casi un pase completo con canciones de los
Blasters y viejos blues con los que crecimos. Es muy difícil tratar
de poner en palabras lo increible que fue aquello. Simplemente un grupo
de viejos colegas de Downey.
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Desgraciadamente, algunos de mis amigos,
familiares y héroes han fallecido dejando en mi corazón vacíos
permanentes. Donald Lindley era uno de los más crudos, rudos, salvajes
y grasientos baterías del universo. Puede que le recordéis
por haber trabajado con Lucinda Williams, Rosie Flores, Joe Ely y Buddy
y Julie Miller, pero yo tuve la suerte de que tocara en Blue Boulevard
y en partes de Museum of Heart y King of California. Donald era un músico
de primera, un profesor paciente (sobre todo conmigo), padre y marido orgulloso,
un buen amigo y un rocanrolero de verdad.
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Conocí a Mark Sandman hace muchos
años cuando su primera banda, Treat Her Right, fue la telonera de
mi antiguo grupo, The Allnighters, en Boston. Todos estos años,
desde aquella primera noche hasta su éxito con Morphine, la voz
blusera de Mark, sus letras afiladas y su afán de experimentación
musical (sin perder esa estimulante crudeza) han seguido apabullándome.
Siempre recordaré aquella vez, cuando yo estaba deprimido por el
hecho de dedicarme a la música y toda la mierda que a veces implica
eso. Mark me llevó a un aparte y, con unas pocas palabras, consiguió
animarme. Nunca podré agradecérselo lo bastante.
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Doug Sahm ha sido uno de mis héroes
desde que yo era un chaval y vi por primera vez al The Sir Douglas Quintet
en Hullabaloo, cantando "She´s About A Mover". Sam fue uno de los
primeros en combinar con naturalidad blues, country, norteño, cajún
y rocanrol en una mezla clásica de Música Americana. Fue
una de esas personas que me demostraron, con su ejemplo, que no había
diferencia entre T-Bone Walker, Hank Williams y Flaco Jimenez. Guardo como
un tesoro el recuerdo de una noche del año pasado en el The Continental
Club: Doug, The LeRoi Brothers, Gaffney y yo nos hicimos una larga jam
session una vez que el local había cerrado (Billy Davis tuvo la
gran idea de grabar aquella noche y Anita Sturgengirl la amabilidad de
darme una copia. Gracias, esa cinta significa mucho para mí.) Doug,
por su éxito y todas esas leyendas salvajes que le acompañaban,
ha sido muy infravalorado y, ahora que ya se ha ido, creo que la gente
empieza a darse cuenta de lo importante que era. Un auténtico tejano.
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¿Qué voy a decir de Curtis
Mayfield? Escribí un poema sobre una noche en la que verle actuar
me hizo desear volver a tocar música después de un tiempo
de inactividad y miedo. Con sólo verle, cambió mi vida. ¡Curtis
tenía esa fuerza! Como compositor, estaba a la altura de Bob Dylan,
Merle Haggard y Chuck Berry, era un guitarrista variado y sutil, un productor
innovador y un cantante al que los ángeles envidiaban. Era el más
grande.
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¿Qué más se puede
decir?
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Dondequiera que estéis, ¡seguid
tocando, Hermanos!
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Bueno, mis planes para este nuevo año/milenio
incluyen un álbum de estudio (muy pronto), seguido de otro en vivo
en el que cantarán (!) todos los componentes de The Guilty Men y
en el que colaborará (si acepta) Chris Gaffney en algunas canciones.
También produciré algunos CDs próximamente, en especial
el de Mr. Gaffney, uno de los ex-boxeadores/cantantes con más "soul"
que he visto nunca. Hay otras cosas que, probablemente, será mejor
no mencionar ahora; nunca se sabe lo que puede pasar. Aparte de todo esto,
este año espero sacar tiempo para alguna excursión, montar
a caballo, leer, pensar, beber una cerveza o dos, aprender a manejar este
ordenador e, incluso, ¡contestar todas las cartas que he recibido
en la página web! (¡No me lo creo!, diréis. Sí,
ya sé que lo había dejado de lado, pero sed pacientes). Hasta
que nos encontremos otra vez, os deseo todo el amor, felicidad y música
que se pueda tener.
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Nos vemos en la carretera,
Dave Alvin
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Traducciones de Carlos Bastero
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