Uno de los asuntos más interesantes sobre España es la diversidad de sus lenguas. Hoy en día estas lenguas se usan y conviven juntas comparativamente sin grandes problemas. Pero no ha sido siempre así. Durante mucho tiempo ha sido muy complicada la convivencia de las diferentes lenguas de la Península.
      A continuación sigue una exposición sobre el origen y la situación histórica y presente de las diferentes lenguas de España, poniendo especial atención en las lenguas minoritarias.
Origen y características
Hay una gran variedad de lenguas en España y las más conocidas son castellano, catalán, gallego y vasco. Pero también existen otras 'lenguas', a las cuales frecuentemente se denomina dialectos o subdialectos, no sin muchas protestas de sus hablantes. Hay gran división de opiniones en este asunto. Ejemplos de este tipo son el valenciano, el balear, el mallorquín, el bable y el gascón. También se habla una variante de portugués en las zonas adyacentes a Portugal.
      La mayoría de las lenguas mencionadas son de origen románico, la única excepción es el vasco, que se habla en la zona norte de la Península, principalmente en el País Vasco y Navarra actuales. Su origen deja perplejos a muchos investigadores y todavía no se puede decir con seguridad de dónde viene el vasco originalmente. Las teorías han variado, algunos creen que es una reliquia de la lengua ibérica, otros que es una lengua semita, pero hoy es más corriente la opinión de que es descendiente de las lenguas caucásicas. Lo que sí se sabe es que es muy antigua y que existía ya cuando vinieron los romanos a invadir la Península. Fue la única en sobrevivir la invasión del latín. Las otras lenguas que en aquel entonces se hablaban en la Península ibérica desaparecieron con el tiempo.
      Como ya queda dicho el catalán, que nació en la parte oriental de los Pirineos hacia el siglo VII, es descendiente del latín ibérico, pero también tiene rasgos del latín gálico. No es, sin embargo, como ha dicho Juan de Valdés, humanista del siglo XVII, una mezcla de castellano y francés, sino que es una lengua independiente. Tiene mucho más en común con el provenzal que con el castellano, francés y portugués.
      Se dice que el catalán de España tiene por lo menos dos tipos de subdialectos: occidentales y orientales. El valenciano pertenece al primer grupo y se habla en la mayor parte del País Valenciano de hoy. Se caracteriza por ejemplo por un gran número de mozarabismos y arabismos y también por un influjo de préstamos castellanos.
      El balear, por el contrario, pertenece a los dialectos orientales del catalán y se habla en las islas Baleares. Comprende por ejemplo el subdialecto mallorquín.
      Otra lengua interesante es el gallego que se habla en Galicia y que ha evolucionado del antiguo gallegoportugués que se hablaba en la Edad Media en toda la parte occidental de la Península. Está bastante influido por rasgos celtas y también tiene un poco en común con el portugués actual. Sobre todo en el léxico está muy influido por el castellano. Existen cuatro diferentes dialectos del gallego, o galego, como se llama en Galicia, pero difieren poco entre sí.
      Según la Gran Enciclopedia Larousse, el bable es un “dialecto leonés hablado en Asturias, pero lingüistas asturianos no están siempre de acuerdo con esta opinión. Lengua o no, fue la que se hablaba en el antiguo reino de León durante la Edad Media.
      Se habla en el valle de Arán el gascón, que es un dialecto de la lengua de oc. Algunos lo consideran una lengua propia.
      El castellano se originó en las montañas cantábricas y es el dialecto antiguo del reino de Castilla. Durante la Reconquista se dispersa a la mayor parte de la Península.

Historia desde la Reconquista hasta el Franquismo

En el curso del tiempo la lengua castellana ha sido más o menos dominante en la Península. La posición de las demás lenguas ha ido cambiando dependiendo mucho del grado de autonomía que han tenido las regiones en cuestión. En períodos de autonomía más grande, las lenguas minoritarias se usan evidentemente más, pero durante los períodos de represión del gobierno central se nota también una recesión en el número de hablantes. Muchas veces la gente, sobre todo de la clase alta, prefiere o se ve obligada hablar la lengua que tiene más prestigio.
      Un período de gran autonomía para las regiones periféricas se puede decir que es la época antes de que se centralizara el Estado, con Castilla como centro de poder, en los siglos XVI y XVII. Cuando llegaron los Borbones de Francia a principios del siglo XVIII perdieron estas regiones aún más sus derechos antiguos.
      Con la llegada del Romanticismo a mediados del siglo XIX se crea un sentido de nacionalismo, tanto en el Estado español como en las diferentes regiones, en las cuales las lenguas minoritarias se revalorizan. Durante las dos Repúblicas la actitud del gobierno central es la de reconocer el uso de las demás lenguas de España, pero durante las dictaduras del siglo XX, la actitud es aún más severa que antes. Durante la dictadura de Franco, con la ayuda de prohibición total, se reprimen a las lenguas regionales hasta tal extremo que el número de hablantes de las respectivas lenguas disminuye con porcentajes increíblemente grandes.
      El dialecto castellano, teniendo el mayor poder el reino de Castilla, se extiende hacia el sur durante la Reconquista sustituyendo a las lenguas habladas en estas zonas por castellano y así formando los subdialectos andaluz, murciano, extremeño etc. Más tarde reduce también a las otras lenguas de la Península, a causa de su autoridad, al mero uso cotidiano.
      Este empuje tuvo efecto bastante tarde cuando se trata del vasco, por lo menos en la zona que actualmente es el País Vasco, donde se usaba esta lengua en la vida pública. La lengua escrita que usaron los vascos fue, sin embargo, el castellano o el francés. Lo que es interesante es que nunca se usaba oficialmente la lengua vasca en el antiguo reino de Navarra que es considerado una creación muy importante para los vascos. Una institución en la cual siempre se ha usado el vasco escrito, en todo caso desde el siglo XVI, es la Iglesia. Antes de que llegaran los inmigrantes castellanoparlantes al País Vasco durante la industrialización, un 95 por 100 de la población hablaba vasco, por lo menos en las provincias del Norte, pero desde entonces, el número de hablantes ha disminuido cada vez más y en 1931 había llegado a su nivel más bajo.
      El catalán se extiende durante la Reconquista hacia el Sur hasta Valencia y las islas Baleares. Esta lengua tuvo una posición muy importante durante el apogeo del antiguo reino de Aragón y Cataluña. La lengua escrita se dio ya en el siglo XIII y pronto se empezó a escribir mucha literatura importante. El poeta y filósofo Ramon Llull (1235-1315) tiene un gran importancia en el proceso de crear y evolucionar el catalán escrito, que se atiene a reglas estrictas hasta el debilitamiento del Estado catalán. Después de la descomposición de éste, siguió un período sin normas lingüísticas, así que cuando llegó la Renaixença cultural en el siglo XIX se echó mucho en falta una lengua normalizada. A principios del siglo XX, este problema se solucionó con las reformas que inició el filólogo Pompeu Fabra. Desarrolló normas ortográficas y una gramática catalana y en 1933 terminó la reforma con la publicación del Diccionari General de la Llengua Catalana. Durante la Guerra Civil, tuvo lugar un intenso proceso de catalanización. Se crearon diarios, películas, literatura, teatro etc. en catalán. La lucha por la lengua fue al mismo tiempo una lucha por los derechos de autodeterminación para Cataluña. El historiador Ferran Soldevila escribió en 1935 que l’idioma estava salvat. I, salvat l’idioma, estava salvada Catalunya. Pero igual que otras lenguas, el catalán fue muy reprimido durante la dictadura de Franco, pero quizá la represión fue más dura en Cataluña, por miedo al significado que daba a su lengua el pueblo catalán. La lengua catalana fue una de las armas de resistencia más importantes durante este período. A pesar de esto, cuando terminó la dictadura franquista, el número de hablantes de catalán se había reducido a 59 por 100, que se puede comparar con el 95 por 100 del siglo anterior.
      Otra lengua significante es el gallego, que en la Edad Media fue la lengua en la cual se escribía normalmente poesía, también en áreas castellanas. A mediados del siglo XIV, empezó un progreso de abandono del gallego como lengua literaria y esta tendencia se acentuó aún más al llegar a poder los Reyes Católicos. Hasta el siglo XIX, no se revaloriza la lengua otra vez en las altas esferas. Durante la era de Franco, se mantuvo el gallego, contra todo pronóstico, como lengua popular y literaria.
      El bable, lengua independiente o no, apareció en textos medievales ya en el siglo XIII, sobre todo en textos jurídicos y administrativas. No pervivió la incorporación del castellano en el uso oficial durante la Reconquista pero un bilingüismo ha existido todo el tiempo en la vida familiar. Ha habido también ciertas publicaciones en bable, por lo menos desde el siglo XVII, pero no son muy conocidas.
La situación desde la transición hasta hoy
Después de la muerte de Franco en 1975, se inició un período de actitud positiva hacia las lenguas minoritarias y la autodeterminación de sus respectivas regiones. La Constitución española de 1978 dice respetar el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España. Las Comunidades Autónomas bilingües tienen derecho de usar sus lenguas propias como lenguas oficiales junto con el castellano. Actualmente tienen este derecho las comunidades de Galicia, País Vasco, Cataluña, Valencia y las islas Baleares.
      Se ha empezado ha usar las lenguas en la escuela, en los medios de comunicación y se ve cada día más progenitores que eligen hablar catalán, vasco etc. con sus niños. Es muy importante que elija la gente misma si quiere hablar la lengua minoritaria en vez de castellano. No es posible imponer el uso de, por ejemplo, el catalán mediante la enseñanza, si no quiere la gente misma aprenderla. Parece que la mayoría de los ciudadanos de las comunidades en cuestión es favorable al aumento en el uso de las lenguas minoritarias, así que los números de hablantes van incrementando continuamente.
      El estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 declaró que el catalán es la lengua propia de Cataluña y en 1983, aprobó el parlamento catalán la ley de Normalización Lingüística que garantiza el libre uso del catalán y del castellano. No especifica esta ley, sin embargo, que los habitantes de Cataluña tienen que aprender el catalán, pero, por el contrario, dice la Constitución Española que todos ciudadanos de España tienen que aprender el castellano. A pesar de esto, muchos castellano-hablantes viviendo en Cataluña se ven obligados a aprender el catalán para encajar bien en la sociedad. El número de hablantes de catalán es el que incrementa más por el momento y es entre los jóvenes donde aumenta el número de hablantes de catalán con mayor rapidez, muy probablemente a causa de la enseñanza catalanizada. En España hay unos seis millones de hablantes de esta lengua y la mayoría de sus hablantes viven en Cataluña, donde el catalán viene tomando cada día más la posición que tenía antes el castellano.
      La mayoría de los lingüistas están de acuerdo con que el valenciano y el balear no tienen rasgos diferenciados suficientes para ser apartados de la lengua catalana sino que son simplemente dialectos del catalán. Pero los hablantes de estos dialectos no están siempre de acuerdo con esta opinión y se ven frecuentemente en los periódicos cartas al director con objeciones contra esta opinión. Por ejemplo en el País Semanal del 3 de marzo de 1996 escribe un señor defendiendo el nacionalismo:
Yo soy nacionalista en el País Valencià. Siento emoción cuando se habla de mi país, cuando escucho canciones en mi lengua, cuando leo en mi idioma. Sobre todo siento repulsa cuando se le ataca desde fuera y siento envidia de los logros obtenidos por los catalanes de Cataluña. (...) Terminaré citando una frase que no es mía: ¿Es imperialista el que quiere imponer su lengua, ideas, etcétera, fuera de su territorio, no el que quiere preservarlas en su tierra?
El vasco, o euskera (o euskara) como se llama en vasco, tiene un gran número de dialectos que complica la conservación de la lengua, pero desde hace 1968, existe el euskera batua , o ‘vasco uniforme’ con normas comunes que simplifican la comunicación entre los vascos y que también facilitan la enseñanza del vasco. Se dice que el 25 por 100 de la población habla vasco perfectamente y un porcentaje mucho mayor lo entiende. La mayoría de los alumnos en el País Vasco estudian vasco de alguna forma en la escuela. Durante los años 1987-88, por ejemplo, estudiaron vasco de algún modo unos 68 alumnos por 100, 13 por 100 tuvieron enseñanza bilingüe, 18 por 100 estudiaron sólo en vasco y finalmente menos del 1 por 100 no tuvieron ninguna enseñanza en vasco. Comparando las provincias, se puede ver que en la provincia de Guipúzcoa el porcentaje de alumnos que sólo reciben enseñanza en vasco, o sea en las llamadas ikastolas, es casi el 33 por 100, pero en Álava es sólo el 3,5 por 100. Para ser maestro o profesor en la escuela pública en el País Vasco, hay que hacer, por ejemplo, un examen en vasco. La lengua vasca ha llegado a ser un instrumento de nacionalismo en el País Vasco, por lo menos en Vizcaya y Guipúzcoa, y hay nacionalistas que creen que no es posible ser completamente vasco si no sabe el idioma. Parece ser un tema delicado preguntar alguien en el País Vasco si habla vasco o no, es muy corriente que no responda.
      El problema más grave, cuando se trata de la supervivencia del gallego, es que no tiene normas unitarias, o sea, existen unas Normas ortográficas e morfolóxicas do idioma galego (1982), elaboradas por la Real Academia Gallega y el Instituto da Lingua Galega, pero no son aceptadas por todos. Pero sus dialectos, como ya queda dicho, difieren poco entre sí, así que sus perspectivas no son completamente negras. Hay unos dos millones de gallegoparlantes en España y en Galicia más de la mitad de los habitantes lo puede hablar y la mayoría lo puede comprender. Se dice que su consideración social es inferior al castellano y es más normal utilizar este último en la administración pública. Es muy común entre las capas altas hablar castellano en vez de gallego en la vida familiar y social, por lo menos entre los que viven en las ciudades.
      Hay también intentos en Asturias y Aragón de recuperar sus respectivos dialectos, bable y aragonés, para utilizarlos como lenguas en sus Estatutos de Autonomía. El debate es muy vivo sobre si es factible empezar a usar estos dialectos, así que están muy influidos por el castellano. En el caso del bable, hay una gran actividad en intentar normalizarlo y en los años setenta se formó la Academia de la Llingua. También hacen fuerzas literarias, como por ejemplo fundando la revista Asturias semanal y además, algunos escritores han empezado a escribir en este dialecto. La recuperación del aragonés no ha tenido mucho éxito.
      El castellano , o si se prefiere el español, funciona como medio de comunicación entre todas estas lenguas y es todavía la lengua más grande del Estado Español y va a serlo en el futuro. Pero se ha empezado a ver que, algunas veces, la gente que tiene otra lengua materna tiene un conocimiento inferior de castellano que los castellanoparlantes mismos. Y es natural, porque no es muy común saber notar y dominar todos los matices de otra lengua como los de la lengua materna.
Conclusión
En conjunto, las lenguas minoritarias parecen haberse recuperado bastante bien después de la represión durante la última dictadura. La riqueza de lenguas en España es un recurso de gran valor y la supervivencia de estas lenguas debe ser una prioridad. No todas personas están satisfechas con la situación actual. O bien quieren disminuir la influencia de las lenguas minoritarias, o bien quieren aumentar su importancia en las comunidades y hacerlas única engua oficial en las respectivas comunidades. Con esto, aparecería una situación que obligaría a los castellanoparlantes que viven en estas regiones aprender y hablar las respectivas lenguas minoritarias. Pero si se reflexiona un poco se recuerda que esto es lo mismo que ha sucedido en estas regiones durante siglos, han sido obligados a aprender el castellano, quiera o no.